Mi cuerpo se convierte en un mar de oscuridad.
Entre sal y sobras no he escapado a notar,
El mal devora mi alma y mis pensamientos.
Posado en mí pecho me roba mi último aliento.
Caminé bajo incontables tormentas,
Y jamás me disolví.
Navegué por noches sin sueños,
Eclipses eternos,
Que me revelan porvenir,
Y todo tiene un fin.
Sálvame,
De las olas que me arrastran hasta el fondo y no quiero terminar
Ahogándome,
En este sueño que parece no tener ningún final.
Sentí su avance desatar los huracanes,
Dejan mensajes en la arena con los aires.
Amanecí para contar el nuevo daño,
Verme tan solo, rendido ante el ocaso.
Numeré cada estrella en el cielo,
Y le bauticé.
Platiqué con mi constelación,
Sobre mi negación
A lo escrito en el firmamento,
Ni tú ni yo somos eternos.
Sálvame,
De las olas que me arrastran hasta el fondo y no quiero terminar
Ahogándome,
En este sueño que parece no tener ningún final.
Sálvame,
De las olas que me arrastran hasta el fondo y no quiero terminar
Ahogándome,
En este sueño que parece no tener ningún final.